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Mostrando las entradas de abril, 2007

Si te sofoca! A quién le importa?

Trascendente al mundo de todos. Apagada voz que repite sin sentir los latidos del corazón. ¿Por qué no entrar en ese mundo de ideas donde las palabras caen sin saber que hay debajo? La ausencia de las nubes marcan la precencia del Sol. Ese que fija el destino de todos y cada uno de nosotros. Siento en mí, un poder insaciable que nace no sé de dónde! Inconcientes del saber, ignorantes de la sabiduría, llenan de gracia el espacio vacío. Ahogada en mi vida, asfixiada por mis pulmones. Desecho de lo que "alguna vez" seré! Como él las acaricia, refrescados sonríen y esperan con ancias el retorno. Yo, yo sigo contemplandolo. Pura. Porque se me hace tan inmenso, tan inalcanzable y sensible! Confidente de todos mis secretos, inspirador de mi confianza y alegría. Compañero de tantos navegantes, asesino de tantos abusadores, testigo de muchos amores. Protagonista de toda la historia... (ESCRITO en algún mes perdido de algún año perdido.)
No saber con qué empezar. No tener idea con qué pie arrancar y caminar. Caminar con fuerza y con coraje del primer al último paso. Porque le temo al cruce de los caminos, al cruce de todos los caminos por los que anduve. No por los demás. Hay cosas que solo nos importan a nosotros mismos y querer separar eso es una protección al choque de las infinitas caras que se esconden en nuestro, elegante o no, rostro. Llevando todo al silencio y a la oscuridad, enterrándolo en lo profundo de los recuerdos y alejándolo de toda realidad. Muerta de espanto por no mostrar el teatro montado durante su corta vida. Una definición clara bastaría para evacuar dudas, pero ni el sol brilla como tal estos días! El cielo viste de gris los ojos y las gotas caen al suelo como lágrimas intranquilas. El poder es la base. ((ESCRITO en algún mes gris del año pasado.))

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Nuestro cuerpo se va consumiendo como se consume el cigarrro en manos de un niño. Algunos se desvían, pero bueno, es cuestion de no perderse en el camino. Siempre somos los mismos idiotas que vivimos prendidos de sueños para apaciguar el dolor que provoca la acción de vivir. Y no somos nada si no llevamos nuestros sueños sobre el hombro hasta el fin. Y al fin de cuentas morir es como nacer. Todo se desvanece. Vivimos sobre nubes y reflejos.